Te odio chica de pocas palabras. Odio que te dejes callar por tu inseguridad, producto de tu vergüenza hacia la imperfección, de tu obsesión por la palabra 'perfecto'. Odio que nunca te canses, hasta el punto de resultar cansina. Que nunca paras, porque nunca ves el límite. "Te has pasado de la raya" -te repetían de pequeña. Te lo repetían día tras día porque nunca entendiste dónde estaba esa raya, la raya roja que marcaba la diferencia entre lo normal y lo natural. Tú te quedaste con lo natural, ya que nunca supiste cómo sobrevivir en lo normal, en lo que la gente espera.
Pero resulta que dentro de tu lado, llevas un tiempo en la raya roja que roza la locura. Y te replanteas incluso tu forma de ser. Hasta que de pronto te encuentras con alguien que se siente agusto en tu lado. Alguien que no te calla, sino que te saca las palabras. Que se muere por escucharte. Alguien a quien le importa saber qué opinas, porque da por hecho que ya tienes una opinión al respecto. Que ha captado que no eres de pocas palabras, sino que te las guardas.
Pero resulta que eres puro aire, que sigues a todos como si lo nuevo, por el simple hecho de ser nuevo, es color de rosa, o por lo menos, mejor que lo viejo. Y te dejas llevar. Te tragas, no sé cómo, todo lo que no piensas y empiezas, no sé cómo, a ser esa persona que no quieres ser, a vivir de la forma que siempre has odiado, la que te aburre enormemente y a la que no le encuentras sentido. Olvidaste que no dejarte llevar formaba parte del plan.







Me gusta inventarme cosas. Me da igual si son nuevos menús o si son historias. Me da igual si se saborean o si se escuchan. Me gusta que la gente disfrute con mis invenciones. Me da igual si son reales o no.
 Estoy aquí para hacerte disfrutar.

Bienvenido de nuevo, maldito insaciable...

                                                                                                     



















∞ // ø -----------------------------------------------------
Me costó como unos 3 años, 4 chicos, 40 rollos, 80 vodkas, 2 ideas que desmentían tu perfección, 796 veces pasar las canciones que me recordaban a ti, 34 páginas de mi diario donde escribí cada minuto que vivimos, 102 noches en vela, 76 páginas de mi diario donde escribí cada minuto que no vivimos pero que me gustaría haber vivido, 28 rechazos a eventos, 1604 sueños, 230 lágrimas, 10 gritos, 2 esperanzas… Pero al final creo que lo he conseguido, casi oficialmente me he olvidado de ti.



ø ∞ ø ∞ ø
Dicen que para una buena noche hay que sentir con los cinco sentidos. Sé que no hace falta demostrarlo, pero para que te quede bien claro quiero comprobar esta teoría. Por regla general tenemos cinco. Uno es el del gusto, el cual pude experimentar saboreando uno de los vodkas con granadina y limón que no faltaron esa noche. También soporté el áspero pero ardiente whisky con limón. Fogoso y con clase, me recuerda a alguien. He de reconocer que aunque no me guste, no lo serviría en un vaso cutre de plástico acartonado. Además, el agradable chupa-chups de naranja, entre otras cosas, hizo que me olvidara rápido del whisky. Gracias a una mezcla entre gusto y olfato, pude disfrutar de nuestro chesterfield a la naranja. Oler la colonia de tu cuello que, a pesar de no tener la pajarita que querías, molaba igual. Seduciste a mis oídos con tus ingeniosos comentarios y sé que los tuyos se sobresaltaron al escuchar palabras que desvelaron mi estado ebrio. Por los oídos sentí la música que luego, según mi vista, tu cuerpo manifestó que tú la sentías más que yo. Sentí tu baile. Mi vista también me llevó a encontrar realmente divertido ese color que nunca antes me había llamado la atención. Mis ojos hicieron que disfrutara de cada una de tus reacciones. Excepto cuando estaban cerrados, que es aquí cuando el tacto hizo su jugada.
Dicen que son cinco, pero me parece que nosotros llegamos a un sexto.


+

Y jugar a ese juego que sabes que aunque pierdas o ganes, voy a darte el beso que apostamos.



---

Hace tiempo que no consigo diferenciar entre 
la izquierda y la derecha,
 lo redondo y lo cuadrado, 
arriba y abajo,
 mayúscula y minúscula,
 el bien y el mal. 
Cuando veo una escalera no sé si subirla o si bajarla.
 Cuando doy vueltas a una rotonda me paro en las esquinas.
 Cuando intento SUSURRAR, grito.
Rápido o lento, 
el tiempo pasa a su tiempo.
 No encuentro el centro. 
No estoy pérdida, 
es el mundo el que está perdido.  
No sé por dónde cogerlo. 
No es cómo una sartén
 a la que puedes dominar cogiéndola por el asa; 
darle la vuelta o simplemente revolver lo que hay. 
No puedes.
No puedes porque ya todo está revuelto, 
está dado de vuelta.
Pero ni aunque pasen 100 inviernos,
 sabrás por dónde cogerlo.
La locura es como la gravedad.
Basta un pequeño empujón.


˙pɐpǝʌɐɹb ɐן oɯoɔ sǝ ɐɹnɔoן ɐן
˙uóظndɯǝ oñǝnbǝd un ɐʇsɐq
˙oןɹǝboɔ ǝpuóp ɹod sáɹqɐs
'souɹǝıʌuı 001 uǝsɐd ǝnbunɐ ıu oɹǝd
˙ɐʇןǝnʌ ǝp opɐp áʇsǝ
 'opıʌoɯǝɹ áʇsǝ opoʇ ɐʎ ǝnbɹod sǝpǝnd ou
˙sǝpǝnd ou
 ˙oɹʇuǝp ʎɐɥ ǝnb oן ɹǝʌoɯǝɹ ǝʇuǝɯǝןdɯıs o ɐʇןǝnʌ ɐן ǝןɹɐp
 ؛ɐsɐ ןǝ ɹod ɐןopuéıboɔ ɹɐuıɯop sǝpǝnd ǝnb ɐן ɐ
uéʇɹɐs ɐun oɯóɔ sǝ ou
 ˙oןɹǝboɔ ǝpuóp ɹod és ou
  ˙opıpɹǝd áʇsǝ ǝnb ןǝ opunɯ ןǝ sǝ
 'ɐpıpɹéd ʎoʇsǝ ou
 ˙oɹʇuǝɔ ןǝ oɹʇuǝnɔuǝ ou
˙odɯǝıʇ ns ɐ ɐsɐd odɯǝıʇ ןǝ
 'oʇuǝן o opıdáɹ
˙oʇıɹb 'ɹɐɹɹnsns oʇuǝʇuı opuɐnɔ
˙sɐuınbsǝ sɐן uǝ oɹɐd ǝɯ ɐpuoʇoɹ ɐun ɐ sɐʇןǝnʌ ʎop opuɐnɔ
˙ɐןɹɐظɐq ıs o ɐןɹıqns ıs és ou ɐɹǝןɐɔsǝ ɐun oǝʌ opuɐnɔ
 ˙ןɐɯ ןǝ ʎ uǝıq ןǝ
'ɐןnɔsúuıɯ ʎ ɐןnɔsúʎɐɯ
'oظɐqɐ ʎ ɐqıɹɹɐ
 'opɐɹpɐnɔ oן ʎ opuopǝɹ oן
'ɐɥɔǝɹǝp ɐן ʎ ɐpɹǝınbzı ɐן
 ǝɹʇuǝ ɹɐıɔuǝɹǝɟıp obısuoɔ ou ǝnb odɯǝıʇ ǝɔɐɥ


 Sé qué fallo he cometido y también sé cómo arreglarlo.
 Pero aquí estoy, atascada en el mismo sitio de siempre. 


 Si quieres algo diferente a lo que tienes ahora, tienes que hacer algo diferente a lo que haces ahora.




Me encantaría poder leerte. Y no me refiero solo a tu mente, poder leerte entera. Desnudarte como si fueras un libro y conocer hasta la última letra de ti. Disfrutar de tus comas y de tus puntos, hacerte saber que estaré presente hasta en el punto y final. Quiero leerte y divertirme como si leyera mi novela favorita; sorprenderme con cada idea que formen en ti tus palabras, y aunque algunas ya las conozca, volver a disfrutar de esos detalles. Leer la historia de cada cicatriz, reír la risa que formaron tus hoyuelos, fumar los cigarrillos que dejaron rastro en cada uno de tus pulmones, volver a enredar cada rizo que intentaste desenredar tantas mañanas, excitarme con ese lunar más arriba de tu labio. No quiero besarte, no es necesario, me conformo con leer tus labios. Solo quiero mirar y conocer. Mirar cada esquina de tu cuerpo, mirarte a los ojos. Tus ojos. Creo que si te deshicieras del resto de las cosas que te forman, seguirías siendo tú. Tus ojos lo dicen todo, no esconden nada que pueda decirme otra parte de tu cuerpo. Quiero que cuando me hables y me cuentes algo que te disgusta, que te haga sufrir y llores, me dejes leer tus lágrimas. No es la primera vez que tus labios ponen falsas excusas a tus lágrimas porque si pudiera leerlas, estoy seguro de que no me dirían lo mismo.
Déjame leerte. Déjame leerte en braille.


-_-_-_-_-_-


El tiempo era vital para ella, lo supe en cuanto la oí hablar. La falta de importancia que le daba a la palabra placer, referirse a dormir 5 horas al día como su tiempo libre, la ceguez de su codicia... Pude adivinar, más tarde, el único propósito que estaba en su mente mientras hablaba conmigo. Triunfar. Triunfar conmigo y con el mundo entero. Yo solo era un escalón más. No le importé lo más mínimo, fui solo un sujeto al que tuvo que convencer de lo que ella valía. Triunfar no por la miel del triunfo si no por evitar la ruindad del fracaso. No había punto medio, no existía para ella. Una vida normal y digna, por la que muchos luchaban, era una fatalidad en toda regla. O triunfo supremo, o muerte. 




'''''

Podrías considerarme adicta a tus mensajes. Podrías intuir que apago el ordenador cuando te desconectas y me aburro con el resto de las conversaciones. Podrías entender que no tardo tanto en escribir si no que me gusta analizar tus palabras. Podrías creer que cuando hablo contigo se crea como una especie de conexión directa entre mi cerebro y mis dedos, los cuales escriben pensando, pero no pensando en qué pensar. Podrías Puedes hacerme sentir que soy yo la que habla, que soy yo, sin fingir, sin engañar, sin dudar, sin impresionar. Aquí me tienes, tal cual, detrás de una pantalla, no sé cómo lo haces para inspirar tanta confianza. Lo curioso de esta forma de comunicación es que es más probable hablar de nada que de algo, pero sólo quería decir que para mí, toda esta nada ha significado más que muchos algo.
Tienes un mensaje, sí, poderosas palabras.



Afortunadamente, incluso cuando no hay galletas aun nos puede reconfortar una mano conocida acariciándonos. O un gesto amable y cariñoso o un apoyo sutil para respirar la vida  o un abrazo tierno o unas palabras de consuelo. Y no olvidemos las camillas de hospital, y los tapones para la nariz, y la repostería que sobra, y los secretos susurrados, y las Fender Stratocaster, y, tal vez, alguna que otra novela.
Y hay que tener en cuenta que todas estas cosas: los matices, las anomalías, las sutilezas que creemos que no son más que complementos en nuestras vidas, de hecho, están presentes por una causa mucho mayor y más noble: están para salvarnos la vida. Sé que la idea resulta extraña, pero tambien sé que es la pura verdad.




Hola chico,

atrévete. Atrévete a imaginar, a soñar, sé capaz de desear algo con todas tus fuerzas. Estoy segura de que cuando eras pequeño alguna vez los adultos te llamaron soñador o fantasioso como si eso fuera algo negativo o una especie de estado enfermizo propio de la edad. Lo cierto es que los niños viven en el reino de la fantasía porque todavía no han olvidado que vivimos en un lugar donde todo es posible. Sé positivo y no te rindas bajo la presión. Para que tu objetivo se haga realidad, primero has de tener la creatividad de imaginarlo con todo detalle y sentirlo. Tenemos miles de pensamientos al día, no necesitamos un tiempo extra para pensar, pues la naturaleza de la mente es esa, pensar. Decir que no tienes tiempo para pensar no es más que una excusa por miedo o pereza a hacerlo. Tienes la capacidad de reinventarte a ti mismo, es decir, de tener la vida que quieres. Cualquier cosa que existe, existe gracias a unos pocos valientes que no solo se atrevieron a soñar sino a materializar sus sueños.
La mayor parte de nuestra vida actuamos como autómatas. Nuestros momentos de darnos cuenta de lo que hacemos y de por qué lo hacemos, suelen ser escasos. Te propongo que para poder hacer lo que quieres, primero seas consciente de cómo vives, de quién eres y de qué es lo que quieres ahora. ¿Que cómo lo haces? Deja que las cosas fluyan. Fluir suena engañosamente fácil, pero fluir requiere consciencia, es decir, saber reconocer qué es lo que te hace vibrar, lo que hace que te tiemblen las piernas cuando lo piensas o lo haces. No tengas grandes propósitos, mejor que sean pequeños. Aunque no sean tan importantes, los pequeños propósitos son los que refuerzan la fe en ti mismo. Y tener fe en ti mismo también sirve para acabar con la monotonía. La monotonía es como la muerte en vida, porque no te deja apreciar el valor de tu existencia.
Supera retos. Cuando te hablo de retos no me estoy refiriendo a que hagas algo que suponga un esfuerzo desmesurado, o cualquier tontería que te suponga un hervor de adrenalina. No me refiero a que respondas a todos mis absurdos (pero divertidos) capaces o incapaces. Esta vez, te reto a que decidas quitarle el mando a lo que habitualmente tiene el poder de amargarte para que deje de manejarte a su voluntad. Te reto a que analices qué es lo que quieres. Te reto a que te deshagas de las cosas de las que te ves obligado a hacer o a sentir. 
Creo que tenemos que conocernos mejor. Es el primer paso. ¿Cómo vas a querer algo que no conoces? Las personas dejan de quererse porque acaban olvidando la esencia de la persona que tienen enfrente. Por eso hay que conocerla muy bien. Tan bien que no se te olvide nunca.
En realidad tú y yo nunca hemos sido amigos. Es más, odiaría que yo solo fuera una amiga para ti. Pero creo que poco a poco lo estamos siendo, y la verdad es que me gusta. Pero quiero más. Quiero estar amarrada a alguna parte de tu cabeza. Quiero ser a la que le cuentes tus problemas, la que te de buenos consejos, a la que hagas reír, a la que sin explicarse la entiendas, a la que saques de juerga, la que dibuje tu retrato recién despierto, a la que mates a besos.






¿Capaz o incapaz?


There's no reason to hide

Sueños, imágenes caprichosas que mezclan nuestros recuerdos, alborotan nuestra memoria durante noches y noches, horas y horas... Los sueños están ahí, cada noche, dentro de tu cabeza. Nadie puede verlos excepto tú porque son tuyos. Sin embargo no puedes controlarlos, dependen de sí mismos aunque se alimentan de ti, pero son simplemente sueños. En los sueños todo es posible: volar, amar lo odiado, vivir lo que nunca has vivido, morir y volver a nacer... De los sueños puedes aprender, puedes olvidarlos... lo único que no debes hacer jamás es depender de ellos, porque los sueños no respetan la razón ni el sentido, por eso nadie debería entrar en los sueños de otro, nadie vivo.


Ya ha acabado el día.
Recuerdo que esta mañana me desperté llorando,
pero no recuerdo qué soñé.






-Hola
-Lo siento, no soy de esas personas que hablan.





- ¿Vas a dar el primer paso o tendré que hacerlo yo?
- Estoy de servicio
- ¿Cuál es tu día libre?
- El Domingo
- El mundo es grande... será Domingo en algún sitio








La gente es verdaderamente romántica sobre el principio de las cosas. Un comienzo desde cero o una pizarra limpia es un mundo de posibilidades, piensan algunos. Pero no importa en qué nueva aventura te estés embarcando, volver a empezar no te cambiará, tú sigues siendo tú. Te metes de lleno en cada nuevo comienzo de tu vida. Entonces, ¿realmente es tan diferente la vida que llevas ahora a la nueva que quieres empezar? Es lo que todo el mundo quiere, ¿verdad? Borrón y cuenta nueva. Un nuevo comienzo, volver a nacer. Como si eso fuera fácil, como si fuera la mejor opción. Y si no me creen, pregúntenle al tipo que empuja la roca hasta la colina. No tiene nada de fácil volver a empezar.
,,
Ahora me dices que no naciste en esta vida. 

Que la elegiste. Te quiero aún más por eso.



- - 


- ¿Recuerdas cómo es al principio, cuando te enamoras por primera vez? ¿Cuando no puedes comer ni puedes dormir? ¿Cuando recibir una llamada de ella sirve para alegrarte el día como si hubieras visto una estrella fugaz?
- Es lo mejor.
- Sí, pero inevitablemente desaparece. La cosa se calma. Bien, ese es mi punto de vista, ¿sabes? ¿Por qué casarse ahora? ¿Por qué no disfrutar de dos o tres noches más, como las del principio, antes de que llegue el gran apagón?
- ¿El gran apagón? Es un modo horrible de decirlo.
- Ella llega mañana.
- Es obvio.
- Y eso no me hace sentir nada. Sólo una sensación de ambivalencia sobrecogedora. Pero antes preferiría odiar su llegada que sentir que no me importa una mierda. Te miro y pienso que es asombroso que allí fuera haya un tipo que hace toda clase de cosas contigo, que consigue hacerte feliz y pasar todas las noches contigo.
- Y prepararme martinis escuchando a Van Morrison.
- Oler tu piel.
- Después de un día en la playa.
- Sí, y leer los periódicos.
- Una mañana de domingo.
- Una mañana de domingo lluviosa y cubrir tu vientre de pequeños besos y... Lo siento.
- La cuestión es... que hay otro tipo ahí fuera que piensa lo mismo con respecto a Tracey. Y está celoso de ti, porque tú vas a hacer esas cosas con ella.
- Déjame hacerte una pregunta, ¿puedes pensar en otra cosa mejor que hacer el amor con un atractivo desconocido en un lago helado con sólo una lámpara de aceite para iluminarte? ¿puedes pensar en algo mejor?
- En volver a Chicago, en martinis con hielo, en Van Morrison...
- Y en los periódicos del domingo.
- Tengo que irme, Willy.
- Eh... ¿Por qué presiento que no volveré a verte?
- Volverás a verme, Willy.


TTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTT


Todo ser humano debería tener la oportunidad de hacer algo por el mundo. Nadie debería sentirse inútil, que en mi opinión, es lo que realmente mata. Debería estar prohibido darse cuenta de que si te mueres, el mundo seguirá exactamente igual. 
Creo que sentirse inútil causa la indiferencia. Y la indiferencia es como ... estar en coma.
Vives, pero no sirves. Estás, pero no eres. Existes, pero no piensas. Hay quienes te quieren, pero para el resto del mundo no eres más que un vegetal ocupando una cama de hospital.
Así que despiértate ya, porque esto no es vida. 
¿Que cómo lo haces? Piensa en tus sueños. Puede que hayas perdido la esperanza de que se hagan realidad, pero nunca dejarás de soñar. Es algo que a todos nos gusta, y creo que es lo que mejor se nos da hacer. Ten un sueño y lucha por él. Y si es muy loco... ¿qué más da? Tan solo es el principio de tu vida






------


-Tía... ¿porque siempre sales con golfos? ¡Nunca tienes suerte! Te presentaré a un amigo.
-No, gracias.
-¿Porqué no?
-Tiene pinta de ser feo
-Al menos no es un golfo... Tienes que cambiar el chip, centrarte y dejar de ser un imán para los capullos.
-No, gracias.
-¿Cómo?
- Porque, primero, suelen ser los más guapos. Y segundo, es un reto; los golfos son golfos porque tienen a miles de tías fáciles. Y las tienen porque ninguna de ellas ha conseguido que deje de tenerlas, quiero decir, que ninguna de ellas ha sido tan especial como para que él renuncie a todas las demás. Son como pequeñas reinitas que son las más complacidas reinas cuando tienen su momento, pero que solo dura la noche de un sábado. El desafío, es conseguir ser la única reina. Y ya sabes cómo me ponen los retos...
-¿Y piensas dejar que tu vida amorosa sea siempre esta? Pues que mierda
-Esto no es mi vida amorosa, solo es un juego.
-Al menos eres consciente... ¿y qué hay de tu vida amorosa?
-Creo que aquí está el problema... En realidad, creo que solo juego por la rabia de no poder amar. Creo que, bueno, estoy segura de lo que quiero, pero también estoy segura de que no lo puedo tener. No sé muy bien lo que es, pero hay recuerdos y sensaciones que no paran de rondar por mi cabeza, y siempre son de la misma persona. Se supone que deberían hacerme daño, como a esa gente que quiere olvidar para no sufrir, pero no, yo no, yo estoy bien así, de hecho me gusta. Y es que no entiendo a quienes me dicen "es mejor que lo olvides"o "es algo imposible"... ¿Qué pretenden? Es como si yo intentara convencer a alguien de que soy poco convencible... es totalmente contradictorio intentar olvidarte de alguien a quien quieres recordar para siempre.Y es que lo necesito, porque pensar en él me hace ser mejor persona... y... no sé, pero extraño todo lo que lo rodea.



Empezamos a hablar, callándonos el uno al otro. 
Es curioso, eres el único chico que conozco que hable más que yo.
Aunque reconozco que también eres el único chico que conozco. 

-s.


------------------------------------------------------