Bueno, en este blog no he dedicado mucho espacio a mí personalmente. Me he limitado a escribir y recolectar textos y fotos que me gustan o incluso que tengan algo que ver conmigo, pero nunca he llegado a escribir mi opinión sobre algo, o publicar hechos de mi día a día.
He cambiado de parecer, y creo que sería una buena idea expresar mi opinión sobre las cosas.


Les contaré algo: Este año nos ha tocado dar clase de ética. Al principio sonaba bien, y empecé con ganas. Siempre hacía los exámenes y los trabajos, y siempre participaba en clase con mi opinión opuesta a la de mis compañeros, hasta que pasó algo que hizo que viera la asignatura de forma objetiva... En un examen, me corrigieron mi opinión personal, cosa que me parece bien si se ajusta a corregir la forma de expresarse, las faltas de ortografía etc. Pero si una opinión está argumentada y es lingüisticamente correcta, está fuera de lugar que nos bajen la nota por cómo opinamos. Hay que ser conscientes de que esta asignatura cuenta para la media pero no hay que dejar que desprecien nuestras opiniones. Así que me puse en huelga: desde ese día no volví a hablar en esa clase y dejé en blanco el examen final de la evaluación. Tal y como esperaba que hiciera, mi profesora me preguntó que porqué había hecho eso y le respondí de la siguiente manera:


El primer día de clase nos enseñaron que somos libres de decir algo, o bien de no decir nada. Después, nos exigieron que expresásemos nuestra opinión al respecto. Contradictorio, ¿no cree?
Según nos ha dicho en clase, la ética consiste en reflexionar sobre la moral. Y en mi opinión, no es moral decir algo que no concuerda con lo que piensas.
No consigo entender el valor de esta asignatura. Instruir la ética como si fuera una asignatura más, con libro y con exámenes no me parece encajar dentro de los valores de la ética y la moral.
Estoy de acuerdo con que la ética se puede aprender, a pesar de ello, no se puede tratar de enseñar.
Me gustaría saber si los profesores de ética han tenido algún tipo de prueba moral antes de impartir la asignatura, ya que podrían influir perfectamente en ciertos ideales que vamos adquiriendo con el tiempo. Con el tiempo. Si hay cuestiones que aun no nos hemos planteado, puede ser porque aun no tenemos la madurez suficiente para hacerlo, y si nos obligan a pensar y a reflexionar sobre algo en lo que nunca antes habíamos pensado, no llegaremos nunca a una conclusión propia, porque para muchos, este no es el momento. Diremos lo que pone en el libro, o lo que dijo el profesor en clase. Y mucho menos a esta edad, donde pocas son las cosas que tenemos claras.
Incluso en el caso de que el profesor sea considerado un filósofo, no hay razón para que nos evalúe nuestra forma de pensar. Si quieren hacer exámenes de ética, no puede haber una respuesta incorrecta en un examen.
La ética es algo personal, de cada uno, no es algo que escuchen 30 personas al mismo tiempo, o que lean en 30 libros exactamente iguales. No somos iguales, para nada. ¿Por qué deberíamos entonces tener todos las mismas respuestas? ¿Por qué todos deberíamos tener una respuesta?

Dar clase de ética no es nada ético.


En respuesta obtuve un suspenso y una discusión inconclusa con el jefe de departamento.
Así que creo que aquí no acaba la historia. 







Puedes conseguir lo que quieras si apuestas por todo lo demás.
Lo que debes de preguntarte es el precio que quieres pagar.










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