Por una vez y para variar, quería ser yo la que se abriera, la que soltara todo lo que siente en un arrebato. No es normal en mí decir este tipo de cosas, tengo poca práctica, pero voy a intentar hacerlo lo mejor que puedo.
Solo quería decir una cosa, una cosa que no necesita explicación, ni adornos, ni ejemplos, pero sé que para ti, aunque las palabras valgan mucho, las imágenes valen aún más, así que quería decir eso que no estoy segura de que deba decirlo, pero que quiero que te lo creas de verdad, que no lo olvides, que te des cuenta de que eres especial, y para ello necesito hacerte recordar.
Me gustan esas noches que no duermo pero que me paso horas soñando. Me gusta echarte de menos cada minuto que estás lejos. Me gusta como se te dilatan las pupilas por las noches. Me gusta que siempre que hablo me mires a los ojos aunque te dejen ciego los rayos del sol. Me gusta que cuando nos vemos me pidas permiso para llamar a un amigo. Me gusta como hueles. Me encanta que me hagas un resumen de los documentales interesantes que ves y me gusta incluso que me expliques el proceso de formación de las nubes. Me gusta hacerte reír. Me gustan tus clases de biología y todo lo que sabes sobre el cielo. Me gusta que me agarres por la cintura cuando te despides con dos besos. Me gusta, no sabes cómo me gusta, que me cuentes historias y leyendas que no conozco a otra persona que se las sepa. Me gusta que cuando alguien habla en valenciano delante de mí digas: "en castellà, per favor". Me gusta que me regales un dibujo porque pensaste en mí cuando lo hiciste. Me gusta cuando cierras los ojos en la playa y escuchas la música que te pongo. Me gusta tener que cantar el día entero la misma canción porque tú me la pegaste. Me gusta bailar contigo. Me gusta que creas que soy buena y que no puedas imaginarte a mí haciendo cosas malas. Me gustan tus consejos. Me gusta que no te des cuenta de que, para mí, eres diferente. Me gusta que esperes hasta que entre en casa para arrancar la moto y cuando me pides perdón por llegar cinco minutos tarde. Me gusta incluso que no me dejes estudiar. Me gusta notar que cuando tu boca está callada tu mente está ruidosa. Me gusta que el silencio no sea incómodo. Me gustó nuestro intento de coger el sol reflejado en la arena mojada. Me gusta que no sospeches que cuando estoy contigo quiero parar el tiempo. Me gusta hacerte masajes. Me encanta mirar las estrellas en la playa. Me gusta que tengas una frase para cada situación. Me gusta que sepas todo sobre mí, y aún así seas de las pocas personas que me cree buena. Me gusta cuando me chocas los cinco, y que hayas implantado la palabra fleje a tu diccionario. Me gusta ser tu amiga, aunque sea por poco tiempo.
Y en fin, eso es todo lo que quería decir, algo que se resume en pocas palabras, que me costaron creer y me fueron imposibles de pronunciar, porque nunca, nunca en toda mi vida he estado tan segura de algo, y sí, admito que al principio me asustó, pero ahora no podría vivir sin ello.
Espero que no leas esto, y que si lo haces, no te des cuenta de que eres tú, y que si te das cuenta de que eres tú, hazte el tonto y finje que no lo sabes, y que aunque finjas que no lo sabes, te lo creas en silencio.
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