-¿Quién eres? 
-Soy un zorro 
-¿Quieres jugar conmigo? 
-No puedo jugar contigo, no estoy domesticado.
-¿Qué significa «domesticar»?
-No eres de aquí. ¿Qué buscas?
-Busco a los hombres ¿Qué significa «domesticar»?
-Los hombres cazan y crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?
-No, busco amigos. ¿Qué significa «domesticar»?
-Es una cosa demasiado olvidada. Significa «crear lazos».
-¿Crear lazos?
-Sí. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo y seré para ti único en el mundo.
-Empiezo a comprender. Hay una flor que creo que me ha domesticado.
-Mi vida es monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré el sonido de unos pasos que será diferente al de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra pero el tuyo me sacará fuera de la madriguera. Y además ¿ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan a nada, pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, el trigo dorado me recordará a ti y amaré el ruido del viento en el trigo. Por favor, domestícame.
-Quiero hacerlo, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas en el super. Pero como no existe un super de amigos, ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
-¿Qué hay que hacer?